¡Bienvenidos! Soy MAMI MURAKAMI, fotógrafa japonesa viviendo en Madrid, una de las ciudades en las que he querido vivir. Nací en Osaka y allí es donde he vivido hasta veinticinco y luego vivía en Tokio por cinco años. También estuve viviendo una temporada en Africa Este.
Trabajo como fotógrafa de familias, bebés, parejas, retrato y también comercial en España y Japón, aunque llego a cualquier ciudad del mundo en cuanto me encanta viajar y fotografiar nuevos en lugares.
Las fotografías siempre serán las partes tangibles de nuestros recuerdos más queridos. Gracias a ellas, Unos años después tendremos un recuerdo mucho más vivo de momentos y periodos importantes para nosotros. Por esta razón, amo la fotografía y mi trabajo.
Para mí, la naturalidad es la mejor pose y la espontaneidad la mejor técnica. Siempre intento que en mis imágenes capturar la emocione y la personalidad que la persona frente de la cámara. Mis fotografías cuentan con un estilo natural. Además, me gusta conocer a las personas que fotografío, ir más allá de la típica relación con clientes.
Me considero amable, flexible y siempre trato de entender a cada persona para conseguir lo que busquen y quieran. Gracias a mi trabajo, he tenido la suerte de conocer a muchas personas maravillosas.
¿Cómo comencé con la fotografía?
Me especialicé en Africa en la universidad, Swahili que hablan en Africa este. Tambien me quedé en Kenia y Tanzania por un año, hice trabajo voluntario, conocí a mucha gente y viajé por Africa este.
En la universidad, estudiaba mucho pero también trabajaba para viajar por todo el mundo.
Pasé tiempo con la gente que conocí allí, hablando y riendo juntos. Todavía estoy en contacto con muchas personas y me mantengo en contacto. Para mí, la conexión con esa gente es un tesoro.
Siempre llevo una cámara conmigo cuando viajo. A veces me robaron la cámara y perdí mis valiosos fotos. Aún así, me encantaba tanto tomar fotografías que compré una cámara nueva allí y continué tomando fotografías nuevamente.
Cuando tuve que elegir cómo trabajaba después del universidad no tenía ni idea. Solamente tenía claro que quería aprender fotografía y tener mi propio negocio.
Empecé a estudiar la carrera en Instituto de fotografía por dos años en Osaka, Mi pasión era la fotografía y estaba dispuesta a esforzarme para conseguir vivir de ello.
Luego, comencé a trabajar en un estudio de fotografía que filma anuncios y revistas en Tokio. He visto en muchos sesiones de fotos atractivas con muchos fotógrafos profesionales, modelos, celebridades famosos, estilistas y peluqueros y maquilladores. Además de rodar con luz natural, el proceso de crear un nuevo espacio con iluminación ligera en el estudio fue maravilloso.Todos los días podía tocar un mundo nuevo que nunca antes había visto.Esas experiencias me enseñaron muchas cosas, y gracias a ellas soy quien soy hoy como fotógrafa.
Después de cinco años de formación y mucha práctica, encontré mi propio estilo y empecé trabajar como fotógrafa independiente a recibir clientes a través de la web y por amigos, conocidos. Cada vez fui recibiendo más y más personas interesadas en contratarme y ahí me di cuenta de que lo estoy logrando poco a poco.
Quiero agradecer a mi familia y amigos por todo el apoyo que me han brindado desde que comencé con la fotografía.
¿Cómo Trabajo?
La mayor parte de mi trabajo se realiza al aire libre, en constante juego con los infinitos efectos y colores que da la luz natural. Para mí, nada supera el tono encantado de la hora dorada. Sin embargo, tengo una amplia experiencia trabajando en interiores, con y sin flash, especialmente fotografiando recién nacidos y bodas.
Mis retratos pretenden inmortalizar las emociones que unen a las personas. Las poses artificiales y las sonrisas fingidas van completamente en contra de mi visión de cómo debe ser la fotografía, que privilegia la naturalidad, la autenticidad y el amor verdadero. Es decir, mi objetivo es capturar la naturaleza de la relación de las personas frente a la cámara, incluidos esos momentos de risa incontrolable y el amor inconmensurable contenido en un dulce beso.
“¡Pero me asusto cuando veo una cámara!” es quizás la preocupación más común que he encontrado. Sin embargo, el trabajo del fotógrafo va mucho más allá de apretar el disparador y sugerir poses. También es crear un ambiente propicio para que surja la espontaneidad. En ese sentido, te atenderé durante todo el proceso de manera muy personal, asistiendo y resolviendo cualquier duda o inquietud que puedas tener y asegurándome de transformar tus ideas en resultados.